ALCOHOL
¿Elixir de los dioses o cáliz de amargura? |
Etimológicamente del árabe al-kuhl= el colirio. Desde que se descubrió el proceso de fermentación de ciertos líquidos azucarados procedentes de algunos granos y frutos, comienza el consumo de esta bebida, sus efectos embriagantes fueron utilizados como vínculo litúrgico por egipcios, romanos, griegos y hebreos. Otro indicador de lo arraigado que está esta sustancia lo vemos en el culto que las culturas griega y romana ofrecían a sus respectivos dioses del vino, Dionisio y Baco, el culto dionisiaco era uno de los más importantes en la antigua Grecia, y en la cultura latina este Dios adoptó el nombre de Baco.
La utilización de bebidas alcohólicas como medio para alcanzar la divinidad trascendiendo lo humano, es la versión mediterránea de la comunicación con los dioses que han tenido otras culturas a través de otras drogas. La expansión del Imperio Romano contribuyó a la introducción de la vid y de los procesos de fermentación en todos los territorios dominados. Parece ser que fueron los árabes los que descubrieron el proceso de destilación entre los siglos VIII y IX, con lo que se consiguió aumentar el grado alcohólico de las bebidas fermentadas. Lentamente, en diferentes puntos de Europa, generalmente en Monasterios, se van elaborando los primeros licores destilados que alcanzan fama y relevancia, algunos de los cuales han llegado hasta nosotros como cognac, benedictine, chartruse. Luego la técnica llegaría a Irlanda y Escocia, en este último país en el siglo XV comienza a elaborarse un aguardiente de cebada llamado visge beatha (agua de la vida en gaélico escocés) que es lo que en inglés se denominó whisky. En el intertanto la industria cervecera comenzaba a cimentarse entre los siglos XIII y XV en la abadía benedictina de Sankt Gallen, en suiza.